El acento es, ¡magia, abracadabra!,
el mayor relieve que al pronunciar
se le da a una sílaba en la palabra
y que así destaca de las demás.
Una fuerza intensa de mayor voz
se produce al emitir el sonido
que se escucha claro y alto, mejor.
¿Ya entendéis, alumnos, bien lo que osdigo?
Casi toda palabra tiene acento,
ya lleve tilde o no (este es otro tema),
y marcan el ritmo y compás del verso:
son la batería y los bombos del poema.